This Fortress Of Tears

Como regalo de navidad, aun que no lo se con seguiridad, os hare esta aportacion.

Ire subiendo mi FF mas valioso, el que me trajo buenas amistades, y el cual es mi mas grande obra hasta ahora.

This Fortress Of Tears.

Creo que lo empece a escribir en primavera del 2005 y crei que podria terminarlo en el otoño de ese mismo año, pero por causas mayores , este lo termine de escribir en enero de este año que se nos va.

Asi que aqui les dejo, a mis bebes, el FF de las CV que le dio vida a mis dos charas originales, Adrian y Darius (padres de Michelle XD).

Y este va dedicado para Kenny y Yoko, por que de no ser por este fic, no las tendria como amigas.

Las amo, nunca lo olviden.

Y tambien lo dedico para todos aquellos que lo iran leyendo poco a poco y espero que les guste mucho. (en especial para Lestat, que me prometio que lo leeria y na mas se hace wey ¬¬, asi que lo malmirare ¬¬)

XDD..

Bien, vasta de introducciones tontas y les dejo el primer capi de ...

31 de Octubre del 2005,
New York





A las puertas de un imponente palacio, mas parecidas a las rejas que se alzan al la entrada del el cielo, dejando ver la promesa que de por vida se te ha hecho. Sostenido con dolor a las rejas, deseando entrar como muchos hombres y mujeres, incitados más por su curiosidad que por el deseo imperante que sentía dentro de mi pecho desde hacia varias noches, el deseo de descubrir los secretos que se ocultan dentro de esa enorme mansión.
Mi madre me había llevado tantas veces a ese lugar lleno de secretos cuando aun era un niño pequeño y que no tenia la capacidad suficiente para entender lo que en ese lugar se ocultaba, un secreto milenario lleno de mentiras y fraguadas trampas. La majestuosidad de la casa daba mucho de que especular a la gente, a los medios de comunicación de esta era de modernidad y excesos. Yo corrí por esos suelos enlozados de mármol blanco, yo baile, tomado de las frías y fuertes manos de mi adorada madre, en los enormes salones llenos de espejos que abundan en ese misterioso lugar.
Pero fue ella quien me saco de esa grandiosa casa, me alejo de sus lujosas alfombras y sus suntuosos jardines, me cubrió los ojos mientras salíamos a toda prisa de aquel lugar para evitar que viera las miles de estatuas de ángeles talladas en mármol, la incontable cantidad de gárgolas de piedra, pero en especial para que evitara ver la tragedia que se había suscitado en aquel hermoso y paradisíaco lugar.
Mi madre asustada, me entrego en brazos de el único hombre al que he conocido como mi padre, aun que sabia perfectamente que el no había sido mi progenitor. Nerissa (el nombre de mi madre), nunca amo a aquel hombre que era mi único padre, ella misma me lo había dicho, ella siempre amaría al hombre con el cual me había procreado, aunque nunca me había dicho su nombre.

Todo esto sucedió cuando yo tenia cinco años, no recuerdo mas de lo que paso esa misteriosa noche, solo el vago recuerdo de haber sentido un dolor intenso en el cuello, de lo alarmada que se encontraba mi madre y de una voz que resonaba por toda la casa que gritaba una y otra vez: ¡Nerissa!

Nunca mas volví a entrar a esa casa que se alzaba mas allá de las rejas de la entrada, me habían echado como si un gran pecado se hubiera cometido dentro de sus muros, de sus enormes ventanales.
Mi madre me lo había advertido antes de desaparecer.

¡Nunca te acerques!, ¡Nunca vuelvas a pedirme que te lleve a ese lugar, ese lugar es malo!

¿Por qué?

Le pedí que me explicara, como he dicho, yo era muy joven, demasiado para entender completamente lo que sucedía, pero ella volvió a responder con las mismas palabras, agregando a estas algo más.

¡Esa no son las puertas del cielo, ese lugar no es el paraíso, pero tampoco es el infierno, si no algo mucho peor, un purgatorio para las almas que no descansan jamás! ¡Olvídalo, no vuelvas!

A los pocos meses de ese acontecimiento, una noticia corrió por todos los medios de comunicación, mi madre había muerto, los cuantiosos enemigos de mi abuelo, un jefe de la mafia italiana, habían prendido fuego a la mansión que mi madre tenia en Miami, ella dormía cuando la casa estallo en llamas. Nunca vi su cuerpo, solo sabia que en el ataúd que se encontraba en el atrio de la funeraria, se encontraba el cuerpo inerte de mi madre.
El hombre que había tomado a Nerissa bajo su protección, se encontraba presente, al igual que mi abuelo y tanta otra gente que había conocido a mi madre.
En aquel momento, recuerdo claramente haber vislumbrado a una joven mujer que lucia tan parecida a ella, pero esa mujer vestía de una manera un poco mas austera de como solía vestir mi madre.

Crecí lejos de Nueva York, la ciudad en donde a las afueras de esta se alza esa enorme mansión, “La Fortaleza de los Condenados”, como muchos la habían bautizado, la casona que tenia un nombre propio, un nombre digno de pronunciarse, apropiado para tanta belleza abundante en ella: “Angel’s Manor”.

Viví en Sn. Francisco hasta los catorce años, pero durante esos largos años, la mujer que vi en ese funeral vino continuamente a casa. Ella dijo que era mi prima, lo dijo cuando se presento ante mi aquella noche, le dijo a mi padre y a mi abuelo que mi madre había sido una gran persona, que ella era hija del fallecido hermano mayor de mi madre. Su nombre se lo había puesto su madre en honor a la mía. Nerissa Jocelyn Leone Williams.
Era su nombre, hacia muchas bromas al respecto, decía que sus dos nombres juntos significaban: “Belleza Nacida del Mar”.

Yo me reía siempre de ello. Fue mi mejor amiga durante esos años, mi prima, mi confidente, solo seis años de diferencia era la edad, pero ella poseía una sabiduría, poco usual para una mujer de su edad.

Una noche cuando tenia doce años, los recuerdos de esa ultima noche que había pasado con mi madre y en el interior de la mansión, me hicieron ver que había mucho que no sabia acerca de mi supuesta “prima”.

Al fin después de pasar toda una noche platicando y obligándola de una manera sutil a decir la verdad de su pasado, ella confeso entre lagrimas que eran de sangre.

-¡Perdóname, perdóname por engañarte tantos años, pensé que seria mas fácil así alejarme de ti, alejarte del mundo pervertido que me rodea, pero jamás pude dejarte, jamás podré vivir sin verme reflejada en la bella perfección de tus enormes ojos azules!

-¿Por qué?¿por que me hiciste creer que habías muerto, por que? No lo entiendo.

-¡Ya te lo he dicho, no puedo vivir sin ti, hace años cuando tu padre me dejo y con esto no me refiero a Michael (este es el nombre de mi padre legal), me refiero a el hombre con el cual te procree, el hombre que puso su semilla para darte vida, pensé que moriría, entonces me di cuenta de que tu estabas aquí, esperándome, tu fuiste y eres la única razón de mi existencia, Te Amo como nunca he amado a nadie en este planeta, desde el momento en que te tuve en mis brazos, aun cuando creía que moriría me di cuenta de que acababa de conocer el verdadero amor, el amor mas puro, este amor de madre que siento por ti!

-¡Mamá!- me arroje a en sus brazos, deseando calmar el dolor que le atenazaba el alma.

-¿Nunca mas podré, alejarme de ti, seré un ángel eterno para ti!- prometió con el rostro manchado de sangre, de sus lagrimas que eran de sangre.

La mire por unos minutos, en silencio formule una pregunta, la que desencadenaría una serie de verdades que yo desconocía casi por completo.

“¿Qué clase de ser eres, por qué no has cambiado en tantos años?”

Ella me miro a los ojos, adivinando mis palabras antes de que salieran de mis labios, los cuales beso con dulzura y me dijo tomando mi rostro entre sus manos:

“¡La especie a la que pertenezco, no es mas que una vana imitación de vida humana, por que no lo somos, caminamos entre mortales, hablamos y actuamos como si nada fuera diferente, pero no lo somos!¡Somos monstruos mitológicos, creados por un error de la naturaleza, somos bebedores de sangre, asesinos sádicos, que disfrutamos con cada muerte que damos, y esa mansión es nuestro hogar, un lugar construido por manos inhumanas, un santuario para las almas condenadas como la mía y las de los otros seres como yo, así a sido por milenios y seguirá siendo así hasta el fin de los días!¡Somos Vampiro, hijos de la sangre, de la noche, de la nada...”

Hijos de la nada, hijos de sangre, vampiros. Esas eran las palabras de mi madre, de la mujer vampiro que antes de recibir la sangre inmortal me había procreado y en su afán de protegerme me había envuelto en una perfecta mentira para salvarme del mundo perverso que la rodeaba a ella.

“...es por eso que no envejecemos, que no morimos, somos la suma de los pecados capitales, algo prohibido para los mortales humanos, pero no somos demonios, al menos no todos actuamos como si fuéramos demonios!”

Ella siguió hablando, describiendo poco a poco la causa de su muerte mortal y explicando como fue su transformación, fue mi padre el que le dio la sangre, fue mi padre el que le hizo esto, pero también había sido él, el que la había abandonado sin saber antes de mi existencia, por que ella nunca me había nombrado en su presencia, yo era su secreto, su tesoro secreto.

Hablamos durante toda la noche, de mil y una cosas, pero ni una palabra de lo que había pasado en aquella remota noche en la que me saco asustada de la mansión.

Después de esa noche no volví a preguntarle nada mas, no insistí en saber lo que había sucedido aquella noche y deseche esos recuerdos de mi mente.

Paso el tiempo, llego un año tras otro, había encontrado una paz que deseaba encontrar con todas el alma, era libre, feliz, tenia un padre que me amaba y había recuperado a mi madre y había ganado con ello a una gran amiga en la que podía confiar plenamente.

En la primavera del año en el que cumpliría trece años conocí a un hombre que me llevaba unos veinte años aproximadamente, el hombre que me dio a conocer el amor de una manera que yo desconocía, un amor lascivo y puro, perverso y pleno.
Ese hombre me enseño a besar, me llevo a su cama después de seis meses de insistencia y de caricias y palabras dulces y castas. Me hizo el amor con ternura y deseo, me enseño que a pesar de mis miedos, todo era pleno y hermoso, lo amaba y el a mi, o al menos eso me hizo creer.

Me llevo a vivir con él, devuelta a Nueva York, cerca del lugar en donde mi madre y mi abuelo vivían, de vuelta a mi mundo con mi verdadera familia.
Mi madre no protesto cuando le hable de Matthew (el nombre de mi “novio”), cuando le dije que me iría a vivir con él, mi padre creyó que era mala idea, pero no podía contrariar a Nerissa, ella sobre todos tenia mas derecho sobre mi, y mi abuelo, el se puso histérico, pero al fin y al cabo, tampoco pudo hacer nada.

Vivía feliz en un penthouse cerca del Central Park, a sabiendas que me había acercado al corrupto mudo de mi abuelo, la mafia, y regresado al núcleo de la vida inmortal de mi madre; pero era feliz, simple y llanamente feliz.



Desde entonces permanecí rodeado de una felicidad casi perfecta, de no ser por los continuos intentos de secuestro, que sufría por parte de los enemigos de mi abuelo.
Me integre a una banda que tocaba gótico, soy el guitarrista y vocal de esta.
Pasaron mas años, llenos de amor y sueños cumplidos, pasaba las noche enredado en las sabanas de mi enorme lecho envolviendo con mis piernas al que fuese mi amante hasta estos tiempos, sintiendo su cuerpo fundirse con el mío, mientras me penetraba con delicadeza y pasión con su miembro duro y ardiente de deseo.

Conocí el placer en brazos de Matthew, pero ese mismo deseo me llevo a conocer el placer en el lecho de otros hombres, ansioso de conocer lo que el sexo me podía proporcionar lo hice con una mujer, una grupi medio enferma de amor por mi, haciéndome sentir extraño y demasiado obligado a cumplirle, así descubrí que por sobre todo, prefería la compañía de un hombre que el de una mujer.

Hoy después de tantos años se me permitirá la entrada a “Angel’s Manor”, después de once años de privarme de su bendita o maldita, como la gente quiera tomarlo, presencia.
Hoy, en Noche de Brujas, el día de mi cumpleaños.

Mucha gente asistirá, hombres y mujeres. Gente del medio del espectáculo, socios del gran imperio que los protectores de mi madre han creado con tanta perfección, mas gente del mundo de la política y socialistas, jóvenes comunes y corrientes, hombres de la mafia, etc.

Cientos de cámaras de televisión ya ha sido instaladas durante el día, pero las puertas aun están cerradas, es por eso que espero ansioso, con un poco de dolor en el pecho sostenido a las rejas de la mansión.

Son las doce del día, aun faltan siete horas para que las enormes rejas de la entrada se abran, se que mi madre duerme en algún lugar de la enorme mansión que se ve a lo lejos del amplio sendero de rocas de rió, custodiado por ángeles cincelados en el mas fino mármol, algunos arbustos acompañan a los ángeles, mas al fondo se encuentra la enorme fuente que representan cinco enormes ángeles sosteniendo jarrones y conchas de donde emerge el agua que cae a la enorme pila de mármol, todo esto eliminando la visión de la enorme puerta y dejando ver solo el enorme traga luz en forma de rosa que se muestra en la fachada de la casa, allá en el fondo. Mas cerca del muro que sostiene la verja principal y se pierde al final de la calle en ambos sentidos, enormes árboles de bugambilias en tonos rojo y fiusha, enormes robles de hojas verdes ahora todo cubierto de una leve capa de nieve.
Siete horas de exasperada espera, siete horas mas para ver al fin abiertas estas rejas algo oxidadas, de par en par, para recibir a los cientos de comensales curiosos que vendrán a disfrutar de la fiesta, una fiesta en mi honor.

“¡Tengo que esperar!”

“¡Tengo que esperar!”

Pensé, ya había esperado once años, que mas faltaba esperar siete horas mas, además, aun tenia que preparar mi disfraz.

“*’*’*’*’*’*’*’*’*’*’*’*’*’*”